miércoles, 30 de junio de 2010

Ignición

Ignición

Basta que alguien me piense para ser un recuerdo.
-Oliverio Girondo, Comunión Plenaria.-


Para que me acaricie el sol las retinas,
Basta con ser un impulso incontenible,
Basta ser el viento que va a palpar todos los rostros,
Segunda piel de todos los tactos,
Gota que se quiebra en todas las hojas,
Y fibra íntima de todas las visiones.

La cara la tengo adherida al firmamento,
A las estrellas,
Nado en tus venas distantes,
Y me pregunto cuándo palpitan,
Todos los sonidos me llegan como ese palpitar,
Todos los rostros anónimos en las calles
Quieren dibujar tus rasgos….

Me expando como el agua,
Y me derramo como océano embravecido,
Sobre las avenidas vacías,
Desiertas como mi alma grisácea,
Como los firmamentos,
Como las entrañas de los Dioses.

La permanente ausencia me acompaña,
Me encuentro en cada mitología,
Si se rompe un cristal se fractura mi alma,
Voy encontrando mis rastros en el silencio.

Gerardo Cielorraso

domingo, 27 de junio de 2010

Retorno

Retorno

Vengo de andar,
Vengo de ahogar la noche en unos brazos,
Vengo de limar las piedras con mis pasos,
Vengo de la alcoba de la sombra,
Y con los signos en las manos.

Vengo de recorrer las avenidas de tu ausencia,
Cansado de trotar sin tu vientre-brújula,
De inventarte en cada silueta,
Y no encontrarte en el desierto negro de la espera.

Vengo de la ceguera de mis lágrimas,
vengo de la tumba de las formas,
Vengo de abandonar mi infancia en un orfanato,
Vengo de romper la distancia de ese cuarto
En el que tú y yo nos abrazamos.

Vengo de entenderme en una risa,
Del encargo que mi hizo la muerte,
Vengo del sueño y el insomnio,
Vengo llorando lluvia, todo el día.

Vengo de coleccionar murmullos,
de capturar relámpagos,
de embotellar el aroma de las flores de
los muertos;
De izar el asta de unos labios,
de esculpir el templo de unos pechos.
Vengo de lamer el firmamento
Y robar el fuego originario.

Vengo por las calzadas del recuerdo,
Mintiendo sobre tu paradero,
Trazando falsos mapas de tu ruta;
Vengo apagando todos los faros,
Y ahogando el grito, estoy, cuando me muero.

Vengo del silencio estremecido,
Que conoció el asombro,
Vengo como mar enrarecido,
De mi propia sal vengo llorando.

Si me preguntas por mi origen
Te diré que es la pluma del pájaro,
Que vengo del inhóspito arrecife
Donde fui pez antes que llanto.
Te diré también que vengo herido,
Una herida onda y metafísica,
Graba sobre mi piel con tu caricia,
Cicatriz cálida, estigma de tu anhelo.
Te diré que conozco el miedo,
Esa bestia primitiva que me aúlla,
Esa cárcel gélida del alma.
Te diré que vengo de donde se forja el alba
Y el sol es una mujer meditabunda.

Te diré además,
que he visto el horizonte desdoblarse,
que he visto desnudas las estrellas,
que he visto la mueca de la llama
y el gesto oculto de la especie…
Conocí también el origen del espanto,
Y me recosté en la cuna de la música,
Hice moldes de todos los instrumentos,
Y los planos de todas las arquitecturas.
Testigo fui de las danzas insomnes
de las Pléyades envueltas en ceniza,
Me regalaron los ojos de impresión
Y me cubrieron la piel con la poesía.

Vengo de descubrir el rastro de tu rostro,
De escindir el ciclo en una línea,
Vengo de desmontar tu aroma en una brisa
Y de aprender a soportar tu ausencia.

Por eso vengo perdido,
Rompí la estrella de la mañana,
Me tragué las constelaciones
Y soy seguido por las naves del naufragio.

Perdido y perseguido,
Vengo envuelto en el silencio,
Con los ojos puestos en el detalle,
Vengo de reconstruirte desde dentro.

Vengo de dictarle a Dios mi propio destino,
De hacerlo prescindir de la palabra,
Vengo de exigirle al pobre viejo,
Que me dejara palparte con el alba.

Y he llegado aquí para encontrarte,
Aunque estabas dirigiendo ya mis pasos,
Vengo de darme cuenta que mi viaje,
Fue un segundo apenas en tus párpados.

Gerardo Cielorraso

sábado, 19 de junio de 2010

Nausicaa

Mi Ceniza se afina

Mi ceniza se afina
Y tu voz opulenta
Ceno de sombra embadurna luz


Ceniza que contengo
Antes de ser polvo
Embravecido miedo

La luz también docifica miedo

A fuera allá hace frío

Y no tiemblo por mi silencio
De polvo
Y no aletargo mi negro
Sueño
Aguja de una nota abatida

Los ríos también son un cuchillo de tu voz
Agua desbordada
Corre de tanta abundancia
Miedo espasmo
Provocara el coito de la muerte
Estallara tu provocación sobreabundancia
Abismo desde tu altura.

¡Pero amo tu voz que pobla de faros
el empírio de arambel oscuro!

Rumor de muerte
Si no escribo
miego agresivo...

Aseguré femeninos silencios
para manosear tus sonidos.

Cada poema es una mujer
[Complejo engendro interno]

Tu poesía vivala piedra
Insensible sin la palabra
Mantiene la ceniza en el ocaso
Antes de menguarse polvo la noche

Cada mujer es un blues de luz
¿Acaso nunca termina
la música?
Participo del ritmo
prodigio de un poma,
la tuya y no tuya, poesía.

¡Sin audición de la piedra la muerte es hosca!

Cada blues es un trémulo sensual

No despojo la pluma de la canción sombría
No jadeo el viaje de isla
No revuelo si soy alas
No menguó el horror del mismo sol estático

Cada trémulo es un humo de nervios en el vacío...

Hay estéticas realidades en un ojos, cuando cojo
Mi reojo en el espejo
No personalizada mi pupila
Se dilata de los relámpagos

Cada nervio es un círculo, de este humo de pipa herida

Duele ser luz

La selva alarga hidrografías por tu voz
Desnuda olvidó
La mirada que engulle los objetos

Cada tu voz es una ola en la dermis de mi útero

Es tu imagen y tengo miedo
Es tu ausencia y de pronto un muro
Es mi táctica y política ilusa

Hidrófobo aquel que me quiso asfixiar
No el continente
A mi apidermis tu voz hidrata
Maestra de la hidrogeología
De mi torrente sanguinario

Cada hidrófilo es una quemada en el pecho

No es que tenga que partir a inciendiar las nubes
No es que tenga que descubrir los brazos salpicados de luz
Si partidas las alas
No es que tenga que paladear los kilómetros a veces en círculo

Tú me conoces:
Sólo lalágrima es capaz de ahogar el mar.

Tú me conoces:
La sombra construye la luz en la humedad de mi lengua.

No es que me quiera ir y no lo quiera, es que yendo vengo,
Voy sin ir, regreso, vas y te voy, me quedo,
Ir en círculo, no te pierdo, vengo y no voy,
Un punto de encuentro, sin ir vas, yendo y no voy, retorno...

¡El círculo es infinito!

Y es que tu voz
la percibo en círclo....

Nausicaa

Nausicaa

Os amo

Óyeme, en la osadía de la luna
Oýeme, como el pupilo de un bizarro
Un pueril puente, son las distancias,
En el trance lúdico de la entraña...

Esta extraña razón carcome los asideros
De la avidez última, razón extraña,
De mantenernos lejos en UNO,
Sutil juego entreramado,
Me extasía.

Del espejo quede, eco,
Musita frente a otro,
Mi sombra de pasmo vaho
Alude, las artimañas del sueño.

Óyeme, en el arco-del-iris tristísimo,
Óyeme, como la opulencia del franco silencio
El temblor sonoro se fragmenta sin reminisencia
Ya no olvido,
Nos encontramos....

Os Amo...

Nausicaa

Nausicaa

A veces uno homenajea a poetas ya reconocidos por la tradición, a poetas que ya han publicado sus versos o por lo menos que reconoce uno mismo como maestros, como en mi caso ha sido con Gaspar Aguilera. Pero esta vez no me propongo abrir un espacio a ninguno de ellos, más bien quiero compartirles los escritos de una poetisa cuyos versos, manera de leerlos, e intensidad con que los vive a podido realimentar mi hasta entonces dormida sensibilidad poética. Es bien cierto que yo necesito enamorarme, arrebatarme y hasta inmolarme para poder escribir, no es para mí la poesía un ejercicio natural, mi alma no puede escribir versos como quien puede tocar un instrumento a la hora que le plazca. Debo reconocer entonces, que la fuente de mi último libro de poesía titulado "El Gesto y El Espejo", ha sido en mayor o menor medida escrito por la antes mencionada poetiza, porque si bien yo físicamente he escrito todos los versos, ella me los ha dictado todas las noches con sus ojos, con su tacto, con su aroma, me los ha dictado con su andar por el mundo, con sus palabras que nada tienen que ver con la poesía y que sin embargo abrigan en sí una musicalidad inusitada.
Es para mi, necesidad dar a conocer los versos que ella ha escrito, de su pluma y sangre y que me ha obsequiado a fin de que yo pueda escribir los míos.
Espejo
A mis ojos infinitos.
De tu seno de posibilidades infinitas,
de tu sin adversos abstractos a la imagen
de tu concurrida belleza embriagada de metafísica,
de tu palabra encarnada en mi noche-epidermis,
de tu ritmo asidero de la totalidad del viaje,
de tu gemido evocado en mi faringe,
de tu poesía que me hace poema en movimiento,
de tu música, la que guía los placeres de mi goce interno,
de tu impresión que no es más que un ojo lampo,
de tu constante orgasmo al contemplarte,
de tu asequible encuentro y sin tiempo árido,
de tu éxtasis, pila suprasensible,
de tu línea nebulosa, trazos difumina
[Luceros en la conciencia]
De tu-ss olas que me golpean; hasta morar el exquisito letargo
[A priori a la muerte]
De tu asir las infinitas formas en Una
De tu instante perfecto consumado en el amor eterno,
[Retozo]
de tu etérea presencia visionada en el cosmos,
[Dinámico]
De tu ser-dios, en el ínitmo orbe de mi YO,
de tu paisaje lúbrego, coloreado de polvo
[Sin raquítica de sensación]
De tu virilidad, al soplo de ensalzar las gaviotas femeninas
De tu falo entrar,
[El universo es una vagina]
De tu voluntad que ensancha majestuosas las fuerzas del destino
[No mengua la estrella que conecta las constelaciones]
De tu voz táctil que aglomera mis visiones,
[Cóncavo]
De tu misterio inasequible
[A dos luces opacas]
De tu-s dualidades contenidas en el vértigo dardo,
de tu sudor arduo,
[Voluptuosa agua en mis labios]
De tu fricción rigurosa,
[Lúbrica del divino acceso]
De tú y tu ímpetu que curte los soles,
de tu impavidez, solidaria del firmamento cándido
de tu libertad que yace en el alma
[Inédito ante el trivialismo]
De tu pensamiento que edifica la obra constante
[En mi cálculo subjetivo]
De tu otredad afirmándome,
de tu Yo igual a Yo, sustanciales en la totalidad
de tu espejo
[YO]
De tu YO, mi
[Espejo]
De tu erotismo profuso, he llegado al estado más sublime
y excelso de la creación, inefable y arrebatador,
inferior a lo sensible, pero afectada de mi sensibilidad
la manera que constituye la obra de éste arte
del encuentro unánime,
de este viaje sarpado por UNO,
mis hilos de fibra poética
mis ojos infinitos...
nos fuismos lejos
[Lejos]
Nausicaa

viernes, 18 de junio de 2010

De La Nimiedad De Las Cosas

XVII


A veces no es suficiente el silencio compartido
Las sonrisas que nos arrojamos,
Las manos que entrelazamos
Y lo que con la boca no decimos.

A veces el atardecer se lleva el suspiro
Y el aire susurra las verdades que no admito,
Si estás ausente y te llamo y no te encuentro
Y esperas que no me sienta perdido.

A veces un abrazo no puede comunicar dos destinos
Y un beso no puede consolar un delirio.

Llega la lluvia y con ella nosotros como filo
Como almas de ceniza, como témpanos con frío.

No quieras que me coma tu aliento,
Que memorice tu máscara de risa,
No esperes que entienda que el recuerdo
Te persigue al doblar de cada esquina.

No ahogues el lamento,
No lamentes el llanto,
No llores el tiempo,
No cuentes el silencio,
No calles la verdad,
No confieses la mentira,
No mientas la caricia,
No acaricies el recuerdo,
No recuerdes la lágrima,
No derrames el dolor,
No sufras la mano
No tomes la mía
Si no me estás mirando.

miércoles, 16 de junio de 2010

Infancia 1

La alegría yo la creo en este poema
- Lêdo Ivo, La infancia Redimida-


La alegría yo la creo en este poema,
Aunque sea corta y pendenciera,
Y se la traguen los primeros ojos que la miren,
Aunque tenga como los cometas,
Una estela de inconsciencia que la siga,
Trato de entender que es la alegría.

Toda alegría me remite a mi infancia,
Mi única y verdadera patria,
Donde fui feliz aunque no lo recuerde,
Donde lloraba casi siempre
Pero era un llanto confundido con la dicha.
Infancia de inconmensurables patios de juego,
De caricaturescas personalidades
Y monstruos debajo de las camas.
Infancia de infiernos disimulados,
De espejos, y de lenguaje mutilado.

La alegría no la encuentro en el pasado,
Porque el presente se traga la melancolía,
Y se extiende sobre mares infranqueables
Que llamo futuro,
Porque no se siente la alegría,
La alegría no es algo que se busque
Y se encuentre en la poesía.

Pero este verso suena como cantar de juego,
Con una rima macabra y bucólica,
Agudísima canción de los infantes,
Que en inconsciencia se derraman en sonrisas.
Fue incontenible mi infancia,
Al menos para mi memoria,
no hay olores familiares,
ni tizas sobre las aceras de mi tiempo,
todos mis juguetes fueron sombras,
sombras también mis compañeros.

Desde niño inventaba mundos,
Que no podía contener con la mirada,
Donde leones creaban de su rugido
Las mores que azotaban sus gargantas;
Creaba mundos y las estrellas eran una fiesta
De mariposas de luz, y el sol era mi mejor amigo,
Me seguía a todas parte, brillaba siempre conmigo.
Seguramente cuando niño, conversaba con los pájaros,
Mis hermanos más afortunaos, que volaban
Y siempre traía los brazos extendidos en aeroplano,
Desde que fui niño supe que era pájaro.

La adultez me robó todos los nombres,
La soledad todos los rostros;
Mi infancia fue un idilio en el que participaba,
Otro que no era yo, que ahora no soy,
Porque el que soy no se recuerda,
Extendiendo brazos de avión hacia la nada,
Saltando abismos imaginarios,
Y fraguando guerras de juguetes.

Gerardo Cielorraso

domingo, 13 de junio de 2010

Arte Poético

Arte Poético

No descubrí la poesía como quien descubre una tierra vasta,
E ignotas planicies se extienden frente a sus ojos,
Contempla ríos de palabras que fluyen dulces y musicales,
Cuenta montañas metafóricas más imponentes que el silencio,
Perdido en bosques inconmensurables de la paradoja,
Extraño para habitantes autóctonos llenos de sentido.

Tampoco descubrí la poesía como al mar,
Mis ojos no se inundaron de su gracia,
Lo sublime no me besó con sus labios salados,
No entendí el ritmo reiterativo de la necesidad,
No reconocí a las olas como mis hermanos,
A los Albatros, grandes pájaros poetas,
Como mis reflejos,
Los acantilados no me llamaron,
Y no me empape de la muerte de dios entre sus aguas.

Descubrí la poesía como quien descubre un cadáver,
Y se ve horrendamente reflejado en sus ojos vacíos,
Sentí la luz leve del fósforo de su pasado,
Envuelto en el aroma conceptual de su descomposición.
Abstractos vestigios de cuando fui hombre,
La poesía es siempre la contemplación de lo ausente.

Más allá de la palabra sólo encontré la furia,
La concatenada absurdidad,
Fuera del lenguaje mi alma llora desconsolada,
Sólo en el poema mi angustia se organiza.

La poesía nunca ha sido en mí una acción natural,
Devenida del dolor de ser hombre, la poesía me ahoga.

Palabras que se han escurrido entre mis dedos
derramándose en oscuros laberintos,
todas, bocas que no han tocado mi boca,
risas que no conocen mi risa,
el mundo es la ausencia permanente,
el lenguaje es su epitafio,
dios queda en su tumba submarina,
su mausoleo panteón de estrellas muertas,
donde nace el delirio,
y se encuentra toda ciencia.

Apetito primigenio de esperanza,
conocer el Mismo en el espejo,
hay dolores tan profundos
que cavan surcos hondos en el rostro
calan las espaldas con su peso
y esos dolores nunca mueren,
herencia de la humanidad entera,
hay dolor en la palabra.

Cómo nombra la palabra,
cómo nombra el aliento,
cómo contiene tanto gesto,
cómo espera romper las fronteras,
del ser humano con el tiempo,
trascender los muros
destruir lo que ha sido construido en lo abierto.

Hay una ausencia original en nuestra lengua
un vacío que llevamos en la garganta,
nudo nunca desecho por la historia
que oculta lo evidente en lo difuso,
que nos da la ilusión del movimiento.
Una ausencia primitiva que nos traicionó de muerte.

Después lo impronunciable
la nada
después...
el alma.

Gerardo Cielorraso

martes, 8 de junio de 2010

Los Espejos

Los Espejos

Para Paulina

"Qué espejo no es terrible y verdadero
aún entre sollozos,
verdadero y precisamente por eso terrible,
por eso también son los sollozos,
qué figura incierta se teje en sus hilos de luz,
ese yo que reconozco, como ajeno,
esa forma que contiene mi llanto,
y por eso escapan lo sollozos.
Me miro en el espejo y encuentro mi rostro de nuevo,
con sus ojos eclipsados por el tiempo,
he perdido el rostro de cuando era niño,
y me seguía el Sol todo el tiempo,
me seguía el Sol y mi rostro era liso y fresco como el viento.
Me miro en el espejo
y mis ojos son lagunas que lloran sus propias cicatrices,
desfilaron los demonios con sus velas,
lamentos de momentos devenidos,
desfilaron y lamieron mis heridas,
desfilaron y por eso los sollozos,
lloro ahora el ser que nunca he sido,
que reconozco en el espejo ennegrecido.
También desfilaron los ángeles,
temibles manos del Eterno,
también los ángeles provienen del infierno,
y mi rostro, contemplaba la comedia,
asistiendo a su propio entierro, soy el que no era.
El espejo contiene a los demonios,
el espejo es la piel de todos los ángeles,
me arrojo al frío que vivo,
del que forjo el calor que ya no siento,
el espejo se rompe en esquirlas del reflejo
reflejo plagado de momentos,
con su cara de demonios y sus risas de tormenta
con sus manos de ángeles, suaves como la eternidad
terribles como el ojos de Dios.
El espejo refleja el rostro que ya no tengo, un rostro muerto
porque ha muerto también el instante en que se refleja,
el espejo es la memoria momentánea
el espejo tiene costumbres de poeta.
Ahora sé que mi rostros, mi ser, no cabe en el espejo
ahora sé que soy más que mi reflejo,
más que mi pasado, escapo al tiempo
lo desdoblo y ya no es un círculo trágico
sino una línea abierta, abierta como vena
infinita como laberinto,
donde cabe lo incierto,
y acaba la certeza de que he muerto.
El espejo refleja mi rostro,
pero jamás, la vida que corre por mis venas"

domingo, 6 de junio de 2010

De La Musa Con Alas De Diosa

De La Musa Con Las Alas de Diosa.

Ensayo el canto de los peces que se agotan,
Ensayo el beso de los astros mientras chocan,
Prisionero de la celda sin barrotes de tu aroma,
Sigo por el cielo la ruta de tus pasos,
Ansío encontrarte en cada trueno,
Aunque sólo en el poema halle tus brazos.

Porque busco por las calles tú figura,
Y ensayo tu caricia en el silencio,
Tu voz la encuentro en cada partitura,
Una mirada tuya me atraviesa todo el tiempo.
Como mano que me palpa desde dentro,
Siento vivas tus caricias,
Roce de luz que me cierra los párpados,
Arrojándome a los abismos donde duermo.

Lejos de tu vuelo, todo ruido es una sombra
Que trastoca los instantes…

Nunca intenté
ningún movimiento en falso,
ninguna caricia vacía,
Que no hay amor carnal que valga,
Si no conoce la poesía.

Más allá de las palabras,
Sólo está tu nombre.

sábado, 5 de junio de 2010

Alejandra

Alejandra

Conocí tus brazos como el naufrago a la orilla,
Con los ojos hinchados de llanto,
Llanto del mar y sus espumas temibles.

En el templo de tus piernas se irguió lo sublime,
Y me derretía, musa, me derretía en tus alaridos,
Que lanzaban cometas al firmamento
Y destrozaban el espejo del olvido.

Ya no supe distinguir, mi piel de tus latidos,
Frontera inexistente, éramos un solo ser,
Separados al punto, con el llanto del amanecer
en los ojos,
conocimos por primera vez, la belleza.

La belleza que se extiende en tu vientre de playa,
En el aroma intenso de la selva de tu sexo,
Suave música de jazz, bella como tus ojos,
Emanaba de tus movimientos lentos.

La belleza construyó tus brazos,
Prisiones dichosas, trampas certeras;
Y se extendió en tu espalda,
Planicie vasta, donde cayó la lluvia
De mi mirada.

Conocimos el canto del cosmos,
Sus vibrantes estelas siderales, nos acariciaron,
Nos lanzaron sus fulgores extáticos
Y yo pude ver a Dios entre tus ojos.
Reaprendí el mundo en tus besos,
Toda la poesía se contuvo en tu mirada,
Palpé lo insólito en tu piel de éter,
y se redujo el lenguaje a tu grito.

¿Qué verso tejo en estas líneas?
Si no hay poesía que te contenga,
Si no hay palabra que te defina,
Eco que te imite,
Ola que te alcance,
Luz que no se oscurezca ante ti,
Viento que te conozca,
Horizonte que no se desdoblé,
Agua que no corra de ti,
Mar que no tenga su frontera en tu cuerpo
Aroma más intenso que tu boca,
Relámpago que no sea tu risa
Y un amanecer que sea tu mirada.

Rendido ante todas tus imágenes,
Desfilan frente mí todas tus réplicas:
Alejandra luz de lluvia,
Alejandra que construye el alba,
Alejandra tropicalidad de las tormentas,
Alejandra aliento de los ángeles,
Alejandra risa de las partículas del tiempo,
Alejandra mirada del horizonte azul,
Alejandra fragilidad del pétalo,
Alejandra liviandad de la penumbra,
Alejandra adioses del relámpago,
Alejandra suave, como la ira de Dios,
Alejandra inmensa como el silencio,
Alejandra color del quinto sol,
Alejandra esquirla del sueño,
Alejandra ojos de la noche,
Alejandra oasis del lenguaje,
Alejandra espina de la nube,
Alejandra que monta las tormentas,
Alejandra huracán de los ayeres,
Alejandra perplejidad de los astros,
Alejandra órbita de los planetas,
Alejandra ruta de los cometas,
Alejandra supernova,
Alejandra profundidad del infinito,
Alejandra absurdidad,
Alejandra caudal de todo sentido,
Alejandra… toda la que no eres tú.

Fuera del naufragio de tu cuerpo,
Arrojado al mundo
Me dejaste tu poema entre los labios,
Me dejaste tu nombre en las pupilas,
Y tu beso, grabado en el silencio.